Es el tratamiento que se realiza cuando un diente tiene el nervio dañado o infectado, generalmente por caries profunda o golpes. Consiste en limpiar y desinfectar el interior del diente, eliminar el nervio afectado y luego sellarlo para que el diente pueda seguir funcionando sin dolor ni infección. Es comúnmente conocido como “tratamiento de conducto” y sirve para salvar el diente en lugar de extraerlo.
